Ψ Psicóloga
     Lola Salinas

Autonomía

Autonomía Absoluta


 

Autonomía es la capacidad de actuar, decidir y pensar con criterios propios. Autonomía es conducimos a través de nuestras propias normas y decisiones, sabiendo que estamos asumiendo la responsabilidad de esa elección.

 

Podemos considerar que la autonomía de las personas, es un proceso de adquisición, y que en términos absolutos no existe, al menos, conceptualmente.

 

¿Por qué?

 

Porque lo que pensamos, sentimos y cómo actuamos cada individuo, es el resultado de dos procesos:

 

  • La interiorización de una parcela de la CULTURA en la que nos socializamos: valores, creencias, lenguaje, ideas, pensamientos, estilos de razonar, normas, costumbres… (lo que se puede entender como encarnación de la cultura a través de la socialización).
  • La creatividad que cada individuo aporta a eso que ha interiorizado, a través de sus propias reflexiones (su forma de pensar también es reflejo parcial o total de la cultura) y su propia experiencia.

 

Es decir, que esta cultura es, a su vez, el resultado de la interacción y aportación de la creatividad e innovación de todos y cada uno de los individuos a lo largo de la historia.

 

P.ej: Si yo pienso que es mejor la solidaridad que el individualismo es porque en mi cultura cuando yo nací ya existían estos dos valores y, además, la cultura a la que yo pertenezco valoraba más -por lo menos en teoría- la primera de las dos actitudes. También mi entorno social más cercano valoraba más esa opción. No obstante, mi experiencia y conocimientos pueden aportar matices, innovaciones, ampliaciones, enriquecimiento a ese concepto de solidaridad, por ejemplo, incorporando el concepto de sostenibilidad o de fomento de la autogestión.

 

Entonces,

 

¿Cómo puedo ser absolutamente autónoma/o en mis criterios y/o en mi modo de actuar y/o en mi actitud?

 

¿Cómo puedo desligarme de la propia cultura que he interiorizado de algún modo?

 

¿Cómo puedo, por lo tanto, desligarme del pensamiento y las actitudes o conductas de los otros?

 

¿Cómo puedo creer que lo que yo pienso y hago es solo el resultado de mi motivación e intervención autónomas?

 

¿Cómo puedo, entonces, definir la autonomía, si es que esta existe?

 

La responsabilidad de elegir


 

Creo que lo que denominamos autonomía, en realidad, define la conciencia de sabernos responsables de nuestros pensamientos, actitudes o conductas:

 

Tomar conciencia de que, si bien formamos parte de un todo social, tenemos responsabilidad sobre lo que “elegimos” pensar y actuar. Es decir, conozco cómo he adquirido mi forma de pensar y actuar, y a partir de esa toma de conciencia, me hago responsable de las decisiones que vaya tomando a partir de ese momento.

 

En definitiva, hacernos responsables de saber cómo es esa parte (yo) y como es el todo (sociedad); comprender en qué consiste nuestra individual forma de pensar y cuáles son nuestras fuentes de conocimiento; saber de qué fuentes beben nuestras actitudes; comprender qué objetivo tiene nuestro comportamiento.

 

También es tomar conciencia y responsabilizarnos de nuestra creatividad y de nuestra capacidad para innovar, cambiar y descubrir, sabiendo cual es nuestra aportación al todo.

 

La autonomía, por lo tanto, es aceptar y asumir la responsabilidad de nuestros criterios y hábitos,  nuestra educación, de nuestra formación, de nuestros sentimientos… siendo conscientes de que todo lo que somos, pensamos y hacemos tiene su origen y sus consecuencias en nosotros mismos y en nuestra sociedad.

 

©Lola Salinas 2022