Ψ Psicóloga
     Lola Salinas

Autoayuda
Autonomía


Autonomía


1.Considero que la autonomía de las personas, en términos absolutos, no existe.

¿Por qué?

Porque creo que lo que pensamos, sentimos y cómo actuamos cada individuo, es el resultado de dos procesos:

    1) La interiorización de una parcela de la CULTURA en la que nos socializamos: valores, creencias, lenguaje, ideas, pensamientos, estilos de razonar, normas, costumbres… (lo que se puede entender como “encarnación de la cultura”).

     2) La creatividad que cada individuo aporta a eso que ha interiorizado, a través de sus propias reflexiones (su forma de pensar también es parte de la cultura) y su experiencia.

Y esta cultura es, a su vez, el resultado de la interacción y aportación  de la totalidad de individuos a lo largo de la historia.

P.ej: Si yo pienso que es mejor la solidaridad que el individualismo es porque en mi cultura cuando yo nací ya existían estos dos valores y, además, la cultura a la que yo pertenezco valoraba más -por lo menos en teoría- la primera de las dos actitudes. También mi entorno social más cercano valoraba más esa opción.

Entonces,

¿Cómo puedo ser absolutamente autónoma en mis criterios y/o en mi modo de actuar y/o en mi actitud?

¿Cómo puedo desligarme de la propia cultura que he interiorizado de algún modo?

¿Cómo puedo, por lo tanto, desligarme del pensamiento y las actitudes o conductas de los otros?

¿Cómo puedo creer que lo que yo pienso y hago es solo el resultado de mi motivación e intervención autónomas?

¿Cómo puedo, entonces, definir la autonomía, si es que esta existe?

La responsabilidad de elegir cómo pensamos, somos y actuamos.

Creo que lo que denominamos autonomía, en realidad, define la conciencia de sabernos responsables de nuestros pensamientos, actitudes o conductas:

Tomar conciencia de que, si bien formamos parte de un todo social, tenemos responsabilidad sobre lo que “elegimos” pensar y actuar. En definitiva, hacernos responsables de saber cómo es esa parte (yo) y como es el todo(sociedad); comprender en qué consiste nuestra individual forma de pensar y cuáles son nuestras fuentes de conocimiento; saber de qué fuentes beben nuestras actitudes; comprender qué objetivo tiene nuestro comportamiento. También es tomar conciencia y responsabilizarnos de nuestra creatividad y de nuestra capacidad para innovar, cambiar y descubrir, sabiendo cual es nuestra aportación al todo.
La autonomía, por lo tanto, es tomar la responsabilidad de nuestra educación, de nuestra formación, de nuestros sentimientos… siendo conscientes de que todo lo que somos, pensamos y hacemos tiene su origen y sus consecuencias en nosotros mismos y en nuestra sociedad.

©Lola Salinas 2022