Uno de los objetivos del trabajo en Coaching puede ser lograr el equilibrio entre diferentes áreas de nuestra vida. Si logramos ese equilibrio estamos potenciando el éxito en cada una de las áreas que lo componen y nuestra resiliencia.
Muchas personas se dedican casi en exclusividad (exceso de focalización) a un área (por ejemplo, el trabajo o el deporte o el ocio) y, su dedicación y esfuerzo les reportan logros muy elevados en ese área. Sin embargo, otras áreas (salud, familia, amigos, conocimiento...) quedan relegadas y se resienten a corto-medio plazo. Eso provoca un desequilibrio que influirá también en el nivel de logro que puede alcanzar en el área en que se ha focalizado. A la larga, ese exceso de focalización en un área, también le va a pasar factura (estrés, cansancio, saturación, falta de creatividad, falta de afecto...) en el área en que había tenido éxito a corto plazo.
Por ésta y otras razones, es muy conveniente mantener un equilibrio y atender de forma proporcionada y eficaz todas las áreas de potencial satisfacción de una persona. El conjunto de ellas es lo que nos hace resilientes, sólidos, constructivos, creativos, eficaces...