Inventar y predecir
Nos referimos a la invención como actividad creativa destinada a la creación de objetos o ideas que promueven el desarrollo y bienestar. No nos referimos a la invención de bulos, mentiras o falsas realidades.
Inventar nos genera la libertad y la energía de tener conciencia que todo está por hacer y en nuestras manos.
Predecir con realismo nos puede ayudar a situarnos y adoptar decisiones para el bienestar. Podemos predecir para actuar en consecuencia y también para 'inventar' y generar futuras situaciones más beneficiosas.
También podemos predecir desde la subjetividad para engañarnos y quedarnos parados. De igual modo, podemos inventar sin preveer las consecuencias negativas de nuestro invento. En ambos casos, conviene que la invención y la predicción estén integrados en principios y valores humanitarios, compartidos y reflejados en los Derechos Humanos.
Inventar es diseñar, es imaginar, es soñar, es crear, es expandirse, es romper moldes, es enriquecer, es posibilitar. Y, como dice Tasaka, es un proceso y cuando llega el futuro, el futuro sigue estando más allá para seguir inventándolo.
Inventar no es destruir lo que hay, es construir sobre lo que tenemos.
Inventar no es criticar sin actuar, es actuar en vez de criticar o desde una crítica constructiva.
Inventar es confiar en tus posibilidades.
Inventar es jugar con tu mente y con tus habilidades.
Inventar es crear escenarios posibles, es liberar la mente de cadenas...
Todo ello me parece liberador y muy enriquecedor.
Predecir sin fiabilidad
El acto de predecir, si no va acompañado de datos, hechos e información fehaciente y fiable, se puede convertir en una mirada a la bola de cristal.
Creo que en estos casos predecir es actuar por la vía menos creativa y la más comodona y rutinaria.
Creo que predecir sin fiabilidad puede significar que tenemos miedo a enfrentarnos con los retos de la innovación y los cambios, y los esfuerzos que ello nos puede conllevar.
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©Lola Salinas 2022