Planos de trabajo
Concebimos al individuo como la integración de varios 'planos' de actividad (cognitiva, emocional, relacional, social, física) que interactúan de forma constante e inseparable, y que conforman un "sistema" en su conjunto. Se busca la coherencia e integración de ese sistema a través del pleno conocimiento y de la conciencia plena, así como del entrenamiento en técnicas de pensamiento y procesos de decisión racionales, psicología positiva, diseño de proyecto vital y otras metodologías. A continuación se facilitan ejemplos de cada uno de esos planos:
1) Las expectativas, necesidades y valores
Es decir, el plano de su proyección. Por ejemplo:
2) El plano de Reflexión, Introspección y análisis situacional.
Por ejemplo:
3) El plano de la acción/conducta
Propuestas que construyo, medios con los que cuento y resultados que puedo anticipar
Técnicas más adecuadas, rutinas que puedo establecer y barreras que encontraré
Motivaciones, iniciativas y bloqueos...
4) Los sistemas de creencias y los esquemas mentales
Todo aquello que determina las actitudes presentes en cualquier plano de la actividad y que son susceptibles de cambio, activación o mejora; Por ejemplo:
5) Los estilos de lenguaje/pensamiento
Que producen nuestras emociones y conductas de forma directa, y pueden producir ansiedad, bloqueo, estrés, tensión, cansancio, dispersión... Por ejemplo:
No siempre es necesario trabajar con los cinco planos de interacción del cliente. En ocasiones se puede trabajar los tres primeros (objetivos, reflexión, acción). Sin embargo, dependiendo de esos objetivos y que parezca conveniente ampliar a otros planos, se puede proponer el trabajo y, una vez que se obtiene el deseo explícito del cliente, se puede profundizar hasta lograr una activación "sistémica".
El trabajo en cada uno de estos planos y en los cinco, en su conjunto, logran que el individuo genere hábitos de pensamiento, interacción y conductas positivos, eficaces y sanos.
El coach trabaja con su cliente para observar, identificar y trabajar las competencias de interacción que pueden ser cambiadas, mejoradas o potenciadas para un mejor rendimiento, siempre respetando y ciñéndose a los objetivos marcados por el cliente.
Podrá proponer áreas de trabajo que considere relevantes o de interés para el cliente, aportando argumentos y beneficios potenciales, respetando siempre las ambiciones y objetivos del cliente.
©Lola Salinas