Artículos para reflexionar
Prejuicios y Parásitos
Trabajando en la identificación y eliminación de ciertos prejuicios, que activo de forma inconsciente en mi vida cotidiana, me he dado cuenta que los prejuicios con el tiempo se transfoman en grandes parásitos.
Como todo el mundo, construyo mis prejuicios sobre la base de estereotipos que me formulo alrededor de ciertos rasgos que me llaman la atención de cada persona, de un grupo social, de una cultura o de un fenómeno.
Un prejuicio bastante habitual en mí es pensar que una persona que pregunta algo espera una respuesta que venga de mi mano o del interlocutor que tenga en ese momento.
Me doy cuenta de que si bien en el ejercicio del coaching soy mucho más consciente de convertir mi posible respuesta en un planteamiento, reflexión o pregunta eficaz para contribuir a la reflexión de esa persona sin embargo, en las relaciones habituales tiendo a querer soltar mi parrafada (mi visión) y pretendo ser escuchada.
Sin duda tengo un estereotipo de lo que es la comunicación, el aprendizaje y la reflexión. Tiendo a actuar como si todas las personas aprendieran o reflexionaran del mismo modo. Aunque en teoría lo sé, en la práctica algunas veces me olvido de que hay muchos modos de aprender, de pensar y de comunicarse.
Este prejuicio se convierte en un parásito porque es algo que limita mi bienestar -saber disfrutar de cada ocasión-, me resta energía y está de mi mano cambiarlo.
¿Cómo puedo mejorar mi comunicación?
¿Los prejuicios y estereotipos se pueden tratar en Coaching como si fueran parásitos?
He aquí algunas reflexiones al respecto.
Hay muchas preguntas que se pueden formular con otros objetivos distintos a obtener respuesta o solución:
·dar una opinión en formato pregunta; practicar la pregunta como modo de cuestionar lo expresado por otra persona;
·preguntar para que reflexione la otra persona;
·plantearse dudas en voz alta sin esperar respuesta; etc.
Creo que al hilo de esta reflexión, interesa trabajar "la escucha y la flexibilidad especializadas".
·Escucha según el contexto para saber con qué intención me exponen una pregunta
·Flexibilidad para responder de un modo adecuado a la intención de la pregunta (eso no significa que no pueda plantear a mi vez una pregunta sobre el sentido de su pregunta..)
He trabajado y trabajo la escucha atenta en campos como la terapia o la conversación tú-a-tú pero se vuelve más rígida en conversaciones con muchas personas (reuniones sociales) y en ámbitos como la docencia (preguntas en clase).
¿A qué es debida esta rigidez en esos ámbitos? Creo que básicamente a la sutil alerta y tensión que me generan las situaciones sociales con más de 4 personas. ¿En qué consiste esta tensión?:
·Excesiva atención a las 'tensiones' ajenas (gente tímida, insegura, callada, introvertida, polémica, crítica...): Escucha sesgada
·Excesiva responsabilidad en lo que digo: Escucha condicionada
Esa alerta me lleva a estar pendiente de otras cosas como: ¿se siente mal, le echo un cable...? ¿sabré expresar esta idea con claridad y con un ejemplo práctico...? etc. De modo que mi cerebro está excesivamente focalizado en un campo pequeño del contexto, perdiendo la habilidad de activar otras funciones de la escucha.
Creo que es importante un cambio de 'orientación', es decir, reconducir la actitud o predisposición que está guiada por mis creencias al respecto:
·Puedo aprender a alternar entre la alerta moderada y la relajación, de modo que puedo contribuir a un buen clima con mi atención a otras personas y también con mi relajación y escucha amplia.
·No es necesario decir las cosas perfectamente, muchas veces es más útil la relajación y la espontaneidad porque crea mejor clima y al estar más relajada se pueden producir respuestas más adecuadas.
Por mi experiencia, esta situación de preguntas que no esperan respuesta se produce con mayor frecuencia en contextos de reuniones sociales y en el aula.
Curiosamente, en terapia y de tú-a-tú las personas suelen comportarse con más coherencia externa entre la pregunta que platean y lo que esperan. En estos ámbitos, las personas suelen hacer preguntas de las que sí desean obtener respuesta. Sus preguntas están acompañadas de interés, curiosidad, dudas... Sus actitudes suelen ser también de escucha, atención, reflexión.
Creo que, en otros contextos, lo que me 'irrita' cuando no atienden a mi respuesta es que pongo mucho interés en contestar, haciendo un esfuerzo por encontrar la mejor respuesta... y me encuentro con una persona a quien no le interesa mi respuesta. Además, está el tema de mi 'rigidez' que no me permite, en estos contextos, replantearme rápidamente la situación.
Quizás, también, mi ego es más inseguro (menos maduro) en los otros contextos (aula, reuniones sociales…): si no se me escucha es porque no digo las cosas como otros lo esperan..., no las digo porque no estoy relajada y confiada, me tenso porque estoy focalizando en 'problemas' en vez de centrarme en disfrutar de la situación.
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©Lola Salinas 2022