Ψ Psicóloga
     Lola Salinas

Celos Posesividad

Las personas posesivas no saben amar generosamente, ni siquiera se aman a sí mismas de una forma sana, suelen ser muy egoistas en lo que realmente es importante para la relación. Ven a la pareja como un objeto que les va a satisfacer lo que consideran sus necesidades, sin ser conscientes, o siéndolo, les utilizan para satisfacer sus necesidades, paliar sus déficits o para esconder sus propios complejos.

Suelen valorar a la otra persona pero no quieren que la otra persona desarrolle todo su potencial, sobre todo fuera de su ámbito de control. Temen que van a perder a su pareja. Se sienten incomodas si su pareja se lleva la atención de los demás, aunque les gusta que los demás les relacionen porque eso les hace sentirse a ellos más valiosos. Desconfian de las intenciones de los demás y también de las intenciones de su propia pareja. Se sienten inseguros y se minusvaloran respecto a sus propias capacidades para retener a su pareja, para sentirse atractivos y para 'competir' con el exterior.

Son posesivos porque convierten la libertad de haber elegido en la necesidad imperiosa de quedarse con esa persona. Como no confian en sus propios atractivos para mantener a esa persona a su lado, utilizan todo tipo de técnicas y estrategias para retenerlas. Estas estrategias pueden ser desde facilitar a la pareja una 'jaula de oro', hasta tener muchos hijos para crear obligación y vínculo que sea difícil de romper. Uno de los grandes problemas de estas personas es que si dan con alguien de mucha personalidad, asertiva, independiente, van a tratar por todos los medios de doblegarla, y eso va a generar conflictos y probablemente la ruptura.

En otros casos, dan con personas también inseguras, menos asertivas o más jóvenes. Tratarán de modelarlas a su capricho para asegurarse su permanencia. Cuando esto sucede, suelen perder interés por su pareja y esto les hace devaluarla e incluso llegar al mal trato físico, psicológico o ambos.

Los síntomas de posesividad son fáciles de ver desde fuera, más difíciles desde dentro. Se pueden manifestar de distintas maneras. Una forma muy habitual suele ser el halago constante al principio de la relación. Otra estrategia suele ser apartar sutilmente a esa persona de los familiares o amigos cuya relación, opiniones o estilo de vida pudieran poner en peligro la necesidad de estrechar el cerco sobre la pareja. Un aspecto bastante habitual suele ser el control de las actividades, bien rellenando todo el tiempo disponible con tareas, compromisos, obligaciones o actividades conjuntas o bien haciendo comentarios sobre la falta de eficacia de la pareja.

En cualquier caso, cuando alguien se deja manipular por una persona posesiva, siempre es a cambio de algo que en ese momento le parece importante: cariño, halago, comodidad, seguridad, estabilidad... A la larga es un precio muy alto el que se paga por este tipo de facilidades.

En nuestra consulta trabajamos este aspecto y os ayudamos a enfocar vuestra relación de un modo sano, erradicando conductas que interfieren en vuestra felicidad, autonomía y crecimiento personal.

Si deseas leer más sobre temas de control y posesión puedes hacerlo en el siguiente artículo del blog:
Amor, control y posesión.
Perfiles de maltrato emocional

©Lola Salinas