Ψ Psicóloga
     Lola Salinas

Compromiso

El compromiso de pareja no es una obligación ni es un deber, es el cumplimiento de las intenciones, libre y voluntariamente adquirido, para lograr un proyecto común. Es una actitud de permanencia en los acuerdos establecidos sobre temas muy diversos: afecto, cortesía, amabilidad, compañía, respeto, apoyo, interés, cuidado, ayuda...

El compromiso de pareja no se refiere al contrato de matrimonio o al formato de convivencia o relación. El compromiso de pareja implica la voluntad de tener una determinada actitud en la relación y mantenerla. El compromiso no es algo superficial y banal, es algo profundo que implica honestidad y trasparencia, implicación, tesón y responsabilidad.

Hablar con claridad de todos los temas que afectan a la relación es prioritario. Establecer qué es importante para cada uno, negociar, aclarar, definir, debatir y lograr acuerdos, forma parte del proceso previo a los compromisos. No puede haber compromiso sólido si previamente no se han establecido los parámetros, límites y fundamentos del compromiso.

Con frecuencia, eso que no se habla, produce discrepancias, desacuerdos, desencuentros, enfados, discusiones... que requieren nuestra intervención. Es cierto, que no se suele hablar todo hasta el detalle. Es cierto, también, que tampoco es necesario para establecer unos fundamentos generales y básicos para la relación. También es cierto, que muchas parejas van solventando todos estos desencuentros a medida que surgen los temas, haciéndolo logran superar las desavenencias y construyen con más solidez su relación. No obstante, es muy común que esas desavenencias no se aborden debidamente, o supongan incompatibilidades insuperables, que conducen a la separación.

Compromiso, acuerdos y pactos



Como vemos, el compromiso y, por lo tanto, el cumplimiento de ciertas actitudes, está por encima de la etiqueta de pareja o matrimonio. Por ejemplo, las personas que manipulan o tratan de manipular a sus parejas, están incumpliendo los fundamentos del compromiso, porque son desleales a la promesa de tener una actitud y conductas honestas, sinceras y trasparentes. De igual modo, las personas posesivas o las personas egoístas, tampoco cumplen con los fundamentos del compromiso, porque no tienen la actitud de cuidado e interés por la relación y la otra persona.

El compromiso es un acto individual de vinculación con respecto a alguien o a algo. Puede ser un pacto para temas concretos como por ejemplo, ahorrar y comprar una vivienda común, o un acuerdo para establecer un régimen de visitas a las respectivas familias, o un pacto para respetar la mutua fidelidad. También puede ser un acuerdo más general sobre la actitud ante la convivencia y las responsabilidades de pareja (honestidad, esfuerzo, generosidad, amabilidad, cortesía...).

El compromiso empieza en mí


El compromiso que adquirimos con otra persona, lo adquirimos primero con nosostros mismos. Si hay voluntad y firmeza en los compromisos con nosotros mismos, es más probable que también las haya con los demás. El compromiso ha de funcionar desde uno mismo, aunque como es lógico si se trata de un compromiso con otra persona, y es mutuo, al romperlo la otra persona, puede que nuestro compromiso individual pierda sentido y evaluemos la conveniencia de anularlo, cambiarlo o reducirlo. El que otra persona rompa su compromiso, puede indicar que el compromiso mutuo está roto, pero no necesariamente, dependerá de la importancia, trascendencia o relevancia que ese aspecto del compromiso tiene para nosotros.

Antes de romper nuestro compromiso, hemos de preguntarnos si estamos actuando desde el compromiso o desde la venganza, el rencor, el enfado, etc. Por ejemplo, si nos hemos comprometido a colaborar en las tareas de casa y consideramos que la otra persona está 'escatimando' su esfuerzo e incumpliendo su compromiso, antes de hacer lo mismo con la excusa de que el otro ha incumplido, conviene que pensemos que en nuestra mano está el tratar de reconducir las cosas sin necesidad de imitar otras conductas.

En cualquier relación, más si cabe en la de pareja, mi conducta ha de depender de mis compromisos, no ha de depender de la conducta de la otra persona, por lo tanto solo ha de depender de mi firme voluntad de hacer las cosas bien, de mi decisión de contribuir al bienestar común, de los objetivos que he abrazado en mi relación y de mi compromiso con todo ello. Es muy común la excusa de "es que tú empezaste"- o cualquier de sus distintas formulaciones, digo que es una excusa porque dos no se pelean si uno no quiere. Esa voluntad de seguir adelante con conductas sanas y con nuestro compromiso de llevarlas a cabo es importante.

Compromiso no es testadurez



¿Significa eso que si uno de los dos quiere divorciarse el otro ha de empeñarse en seguir casado?

No, en absoluto. El matrimonio o la relación de pareja o de novios es el resultado de los compromisos que adquirimos y mantenemos, no a la inversa. Es decir, no se es pareja y por ello se adquieren compromisos, el orden es inverso, la pareja se construye en base al afecto, los compromisos y vínculos reales que se van constituyendo. Lo que significa esto es que si estos vínculos, compromisos o afectos desaparecen, la pareja puede no tener sentido. En esas circunstancias, que uno de los dos no desee separarse, no implica que el vínculo no esté roto o deteriorado. Empeñarse en mantener algo deteriorado y roto, en contra de la voluntad del otro, no es un compromiso, es una terquedad, una obsesión, un acto posesivo, un acto de dependencia, un acto irracional, etc.

Utilización



Hay personas que pretenden mantener el formato de pareja en algunos de sus aspectos pero no respetan otros aspectos fundamentales del compromiso: afecto, cuidado, respeto, responsabilidad, amabilidad, generosidad, etc. Esta actitud es frecuente entre personas inmaduras y con poco sentido de la ética, también es frecuente entre personas con conductas impulsivas, caprichosas y con poco aguante ante la frustración, que esperan que su pareja satisfaga sus necesidades o sus deseos, pero no establecen vínculos sólidos, sanos y constructivos. En este tipo de casos, se producen muchas situaciones de manipulación, chantage emocional y exigencias. Hay signos muy tempranos de esas conductas que conviene atender porque nos indican si esa persona está en condiciones de comprometerse en una relación de pareja, o bien lo que pretende es que se comprometa la otra persona para así poder conseguir sus objetivos, utilizándola para su propio beneficio.

©LolaSalinas 2022