Ψ Psicóloga
     Lola Salinas

Posturas

  • Abrazo
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La variedad de posiciones que se pueden adoptar en las relaciones sexuales es amplísima, dependerá de la curiosidad de cada uno, de la actitud desinhibida, de la disposición al juego, de la calidad de la comunicación, de los deseos por explorar y conocer todas las posibilidades de placer... La actitud de búsqueda y experimentación también tiene que estar guiada por la libertad de poder elegir sin imposición y por el respeto a los deseos de la pareja, las relaciones sexuales no pueden estar marcadas, en ningún momento, por el temor, la fuerza o la presión, que negarían el principio del placer que debe guiar todo encuentro sexual. 

Las posturas sexuales no son una habilidad técnica para practicar de forma mecánica, muy al contrario, son el resultado de la búsqueda personal de las múltiples maneras de acercarse al/la compañero/a, de encontrarse, de complementarse, de darse mutuo placer. Las posturas no se aprenden visualmente porque las veamos en un libro, en una revista o en una edición digital, aunque ello nos puede dar una idea de las posibilidades que tenemos de experimentar con nuestro cuerpo. Para experimentar las posturas conviene no tener un cliché fijo, porque dependerá mucho de nuestra pareja y de nosotros mismos el que una determinada postura sea apta para nosotros, o no, en función de nuestra agilidad, flexibilidad, volumen, tamaño, etc.

La exploración de las distintas posturas, aprender a que nuestros cuerpos se adapten, saber qué ángulo es el más placentero, qué posición es más erótica para nosotros, cuando nos sentimos más excitados, cuando más tiernos, etc., es en sí un camino de placer, no una meta. Por lo tanto, se aconseja que no se experimenten posturas con la idea de que sólo en la adopción de la postura es donde vamos a encontrar el placer. Todo el proceso será una fuente de confianza, implicación, juego, comunicación, complicidad y placer que nos producirá mucha gratificación.

Además, la variación en la gama de posturas que exploremos y adoptemos nos ayudará a reducir las posibilidades de caer en la rutina y hacer de la relación sexual un acto falto de motivación, iniciativa, juego y placer.

Las relaciones sexuales son un territorio amplio que puede comenzar en una mirada, una palabra, un gesto, una caricia, un susurro, un beso... y acabar con  una felación, una penetración anal, un coito, un cunnilingus o simplemente con un abrazo. Por ello las posturas sexuales son también muy variadas dependiendo de cual sea el tipo de contenido que en cada momento queramos darle y de la comodidad que sintamos en las distintas posiciones. Cada postura nos va a producir un tipo distinto de placer, una sensación diferente, provocando pensamientos, fantasías e intensidades diversas.

Las imágenes que facilitamos de cada una de las posturas solo pretende crear conciencia de las posibilidades, en ningún momento pretende ser exhaustiva ni directiva, porque entendemos que cada persona, cada pareja puede explorar cuanto desee y buscar aquello que más le gratifique.

Del mismo modo, aunque por razones de simplicidad, las imágenes sean de parejas hombre-mujer, entendemos que pueden aplicarse a parejas mujer-mujer y hombre-hombre. Nos hemos centrado en las posturas durante el coito vaginal por entender que es la práctica más extendida y que más variaciones posturales permite. Sin embargo, muchas de ellas pueden realizarse en los coitos anales entre hombres.

Las posturas durante el coito vaginal. La introducción del pene erecto del hombre en la vagina de la mujer se ha de realizar una vez que ésta se ha estimulado lo suficiente para que tanto las glándulas de los labios menores como el flujo vaginal aumenten y humedezcan la parte exterior de la vulva y la parte interior de la vagina. La estimulación, antes de una notable lubricación e hinchazón de los labios no tiene que ser directa. En cualquier caso, la mejor estimulación es la erotización (ver epígrafe).

La penetración se ha de realizar despacio, atendiendo siempre a los gestos, movimientos o palabras de aceptación o rechazo de la mujer. Para esta penetración se pueden adoptar una infinidad de posturas, de algunas orientativas os incorporamos a continuación imágenes.

Las posturas que distancien más la vulva de los genitales masculinos van a dificultar una penetración completa con un pene pequeño, y, sin embargo, son muy aconsejables para los penes grandes. Del mismo modo, la postura de la mujer encima del hombre tumbado o sentado, favorece más la profundidad de la penetración, por lo que es más aconsejable para penes pequeños. Las parejas buscarán las posturas más adecuadas después de experimentar unas y otras, con la tranquilidad de saber que siempre hay posturas que se adaptan perfectamente a nuestros cuerpos, que es una cuestión de explorarse.

Hay 7 posiciones básicas para la realización del coito.

1.Posición superior del hombre
2.Posición superior de la mujer
3.Por detrás
4.De lado
5.Cara a Cara
6.Sentados
7.De pie

A partir de estas posiciones básicas, se pueden encontrar numerosas posturas, todo dependerá de vuestra curiosidad, de nuestra actitud hacia la diversidad y  a la experimentación.

Por regla general, aquellas en que la mujer adopta una postura superior, ella controla más los movimientos, la penetración, el ángulo y el ritmo.

Las posturas en que el hombre adopta una posición superior permiten a éste controlar más el grado de penetración y el ritmo de los movimientos.

Este tipo de posturas, en general, también permite disfrutar de la vista de ambos cuerpos con más amplitud, lo que aumenta las posibilidades de placer.

Las posturas de lado, son más relajadas, se prestan más a prolongar las caricias y los besos, a la comunicación verbal.

Las posturas en las que la mujer es penetrada por detrás, producen otro tipo de sensaciones en la vagina y en el pene, el contacto con los glúteos y la presión del cuerpo del hombre es muy estimulante para ambos.

Las posturas en que ambos están sentados generan mucha complicidad, se prestan al abrazo, a las miradas, a la comunicación verbal. Contribuyen a crear intimidad.

Las variantes del coito de pie, permiten también la penetración por detrás, o que ella esté tumbada y de frente. En estas posturas lo importante es la flexibilidad, el equilibrio y evitar movimientos bruscos que hagan perder el equilibrio o lleven a una posición incómoda a cualquiera de los dos.

Si esto sucediera, es conveniente que se indique así al compañero/a, para modificar la postura. Todo lo que comunicamos en buen tono y tratando de mejorar la relación, posibilita el acercamiento y la confianza, produciendo un clima de confianza que favorece el placer y la satisfacción.


©Lola Salinas